La seguridad en la conducción cubre una amplia cantidad de parámetros. Los más conocidos y que con frecuencia se ponen de manifiesto en las clases de autoescuela son los límites de velocidad, el respeto a las señales, las características de la vía, las condiciones psicológicas y físicas del conductor, el clima…, aunque no son las únicas.
Conducir con seguridad implica que todos y cada uno de los ocupantes del automóvil cumplan con un comportamiento adecuado y se ajusten a las normativas existentes, así como que se extremen las precauciones en situaciones concretas.
Conducir seguro con niños pequeños en el coche
Conducir un vehículo es una de las acciones que más responsabilidad conlleva y que de forma habitual se llevan a cabo. Cuando se conduce acompañado de niños, la responsabilidad aumenta y también las posibilidades de distracción. Para que la seguridad prevalezca hay ciertas recomendaciones que hay que cumplir siempre.
La primera de ellas, como cabe suponer, no es otra que el uso obligado del cinturón de seguridad. Este apartado es fundamental, siempre, para todo tipo de edades, pero para los pequeños se deberá tener en cuenta, además, la altura. Para lograr su comodidad y seguridad, se deberá disponer de asientos regulados y homologados por la Dirección General de Tráfico. Cada una de las sillas para el coche deberá estar plenamente adaptada a la edad, peso y estatura de su pequeño usuario, y siempre de deberán colocar en el asiento trasero.
Habrá que tener la precaución, en caso de viajar solo con el pequeño, de regular los espejos y la silla para tenerlo siempre controlado con el mínimo esfuerzo. Si viaja otro adulto, deberá sentarse junto al niño. Si viajan más de un niño se tiene que evitar, en la medida de lo posible, que las sillas queden pegadas.
Habrá que crear las condiciones necesarias dentro del habitáculo para que estos se sientan cómodos y eviten ponerse nerviosos (temperatura regulada, ventanillas abiertas delanteras, nunca traseras…). Es importante usar siempre el seguro infantil de las puertas traseras para evitar que estos las abran durante el trayecto o cuando el vehículo se detenga. Hay que evitar que se aburran y provoquen escándalos que enturbien la atención del conductor; la música, emisoras con cuentos, algún juguete, comida o golosinas… suelen dar buenos resultados.
Conducir por la noche de forma segura
Aunque pensemos que estamos acostumbrados, que por la ciudad apenas hay diferencias entre la noche o el día por la iluminación de sus calles, nunca es lo mismo, ni se está lo suficientemente preparado. Conducir durante las horas nocturnas conlleva más peligros que durante el día, por lo que hay que extremar la atención y la precaución.
Como regla general, habrá que evitar la conducción nocturna. Aunque el conductor esté atento, descansado y cumpla con todos los requisitos del buen conductor, la noche se presta a la falta de disciplina, las sombras y, además, la escasez de tráfico es aprovechada por muchos otros conductores para saltarse las normas o conducir más descuidadamente.
Siempre, pero con más insistencia durante la noche, habrá que incidir en la necesidad de no exceder la velocidad recomendada. Se aconseja conducir fuera de la ciudad a no más de 80 o 90 kilómetros por hora, de esta forma, se tendrá tiempo suficiente para reaccionar maniobrar y/o frenar. Una velocidad especialmente prudente habrá que adoptar para carreteras con curvas, depresiones acentuadas, con una calzada en mal estado o con imprevistos en la vía.
Otros consejos son el de realizar ajustes de luces para mantenerse despierto en aquellas carreteras que no estén iluminadas o cuando su iluminación sea escasa. Hay que revisar los retrovisores, controlar la calefacción, evitando que esté demasiado elevada, ya que mejor conducir con frío que con calor, pues mantiene despierto al conductor.
Habrá que aumentar las distancias de seguridad con otros vehículos, tanto por delante como por detrás o por los laterales. De este modo, se mantiene un tiempo vital para reaccionar y evitar el golpe en los frenazos imprevistos.
En las distancias largas es importante tomarse el tiempo suficiente para descansar. Se deberán realizar las paradas que se crean necesarias para sentirse bien, estirar las piernas y desentumecer el cuerpo. Si es mucho tiempo el que hay que conducir de noche y se tiene la más mínima duda de lo que ocurre alrededor, se deberá parar, buscar un sitio seguro y dormir un rato.
Como norma general, no hay que conducir de noche más de 3 horas seguidas. Incluso con la carretera desierta, se deberán respetar las señales de tráfico, los límites de velocidad y llevar a cabo una conducción responsable, no hay que confiarse nunca.