Posiblemente, la Guerra de Ucrania no haya sido más que otra excusa para que el precio del combustible se haya puesto en máximos históricos. Aún, con oscilaciones diarias, aun cuando baja, se encuentra muy por encima del precio del litro que se pagaba antes de que estallase el conflicto bélico. Mientras tanto, la población lo único que puede hacer es buscar trucos para que la conducción sea lo mas eficiente posible y estirar los litros de combustible al máximo en cada kilómetro.

Los consumidores españoles están atravesando serias dificultades económica. El precio de la luz, los productos básicos de higiene y alimentación no dejan de subir, junto al precio del combustible, y nada parece indicar que esta situación vaya a cambiar a corto plazo.

Aunque es una realidad que los coches cada vez consumen menos, lo cierto es que como usuarios se puede ahorrar en el gasto del fuel aplicando una serie de trucos a la conducción. Si se llevan a cabo estos consejos que se van a dar a continuación, se podrán andar más kilómetros con cada repostaje que se haga en la gasolinera.

Planificación de los trayectos del día a día y los viajes

Como cabe suponer, el objetivo de este consejo es llegar al destino de la manera más rápida, fácil y segura, evitando el camino más largo, por lo que se terminará ahorrando gasolina. Ya sea en los recorridos que se realizan a diario o en los trayectos cuando se sale de vacaciones, alargar el viaje supone un aumento completamente innecesario de gasolina o gasoil.

Presión adecuada de los neumáticos

Para una conducción eficiente y ahorrar en cada uso, además de mejorar en la seguridad, los neumáticos deben ir hinchados a la presión indicada por el fabricante. En este sentido, circular con unos neumáticos con una presión inferior en 0,5 bares aumenta en consumo en un 2 por ciento en áreas urbanas y un 4 por ciento en las interurbanas.

Llevar solo la carga necesaria

Llevar más equipaje del necesario o no hacer limpieza en el maletero con regularidad e ir acumulando cosas innecesarias también pasa factura. Concretamente, conducir con 100 kilos de peso innecesarios aumenta el consumo en un coche de volumen medio en un 6 por ciento. Cabe recordar, por tanto, no utilizar el coche de almacén y llevar a casa todo lo que no se necesite.

Mantener una velocidad constante

Una forma de conducir que ahorra combustible y aumenta la seguridad al volante es manteniendo una velocidad lo más uniforme posible. De este modo, lo que se persigue es mayor fluidez en la circulación, evitando frenazos, acelerones o cambiar de marcha si no es necesario.

Basta, para decelerar, con levantar el pie del acelerador y, antes de accionar el pedal de freno, si la situación lo permite, se debe disminuir la marcha con el freno motor.

Apagar el motor en las paradas largas

No conviene dejar el motor encendido en paradas largas, pues es un gasto innecesario, ya que el motor en ralentí también consume carburante.

Ventanas abiertas en ciudad y aire acondicionado en autopista

Muchos usuarios se preguntan qué es peor en relación al consumo, si abrir las ventanas o encender el aire acondicionado. La verdad es que depende las circunstancias.

El aire acondicionado representa un mayor consumo cuando se va por las ciudades en comparación con bajar las ventanillas. Por este motivo, en los recorridos urbanos será mejor utilizarlo solo en caso de temperaturas extremas.

En cambio, en autopista sucede lo contrario. El motivo es que con las ventanillas abiertas a altas velocidades el vehículo pierde mucha aerodinámica y acaba consumiendo más, ya que el viento entra en su interior produciendo un efecto frenada por la resistencia contra el aire que es mayor.

Conducción eficiente

La forma de conducir también incide directamente en el consumo de combustible. En este sentido, es importante usar siempre que se pueda el freno motor (es esencial guardar la distancia de seguridad para poder hacerlo), llevar marchas largas y el motor poco revolucionado…

Además de ahorrar gasolina o gasóleo, la conducción eficiente aporta otras ventajas al conductor y a los pasajeros. En primer lugar, se da una mejora en el confort durante los viajes al evitar desagradables frenazos y acelerones bruscos. En segundo lugar, se produce un aumento de la seguridad vial gracias a un modo de conducción anticipado, que respeta la distancia de seguridad para disponer de más tiempo para reaccionar.

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