Posiblemente, ante un accidente de tráfico, si somos protagonistas, sepamos como actuar. Pero, en demasiadas ocasiones, se duda ante esta misma situación cuando solo somos espectadores ocasionales. En no pocos casos, cuando se es testigo de un atropello, un golpe o cualquier otro tipo de accidente de circulación, se prefiere mirar para otro lado, no entrometerse y seguir el camino que se llevaba sin detenerse.
Que no se actúe ante un accidente que es ajeno a nosotros es bastante habitual, es fácil de auto justificarse con pensamientos como no es mi problema, otros ya están cerca, parece que aquel ya ha cogido el teléfono para avisar, como me detenga y vaya me van a tener liado mucho tiempo, tendré que ir a juicios… Siempre hay alguna excusa, pero ninguna de ellas es válida ante la posibilidad de ayudar al prójimo en una situación complicada, esclarecer la realidad del accidente, evitar otros accidentes o, incluso, salvar una vida.
La necesidad de ayudar en un accidente de circulación
Los datos son escalofriantes aún a día de hoy, cuando todos pensamos que estamos suficientemente concienciados sobre los peligros de la conducción. Según los datos ofrecidos por la OMS y el Banco Mundial, cada año perecen cerca de 1.300.000 personas, más otros 50 millones que terminan heridas.
Si las personas en cada momento actuasen correctamente, prestando el auxilio y la ayuda necesaria, estas cantidades disminuirían drásticamente. Saber cómo actuar se convierte en una necesidad en estos tiempos en los que la solidaridad y la cooperación están cada vez más resentidas.
Hay que saber, antes de aprender qué es lo que hay que hacer, que ante un accidente de tráfico, todos los usuarios de las vías que estén implicados en el accidente están obligados a socorrer o pedir auxilio en atención a las víctimas. Una obligatoriedad que queda registrada en el artículo 129 del Reglamento General de Circulación. La omisión de socorro tiene la consideración de delito grave, que puede acarrear penas de hasta 4 años de prisión.
“Los usuarios de las vías que se vean implicados en un accidente de tráfico, lo presencien o tengan conocimiento de él estarán obligados a auxiliar o solicitar auxilio para atender a las víctimas, si las hubiera, prestar su colaboración para evitar mayores peligros o daños, restablecer, en la medida de lo posible, la seguridad de la circulación y esclarecer los hechos”.
Las tres reglas para colaborar con eficacia en un accidente de circulación (PAS)
La actuación de las personas que presencien un siniestro de este tipo debe recurrir a la conocida como conducta PAS, acrónimo de Proteger, Avisar y Socorrer.
Proteger
Si eres la persona más cercana al accidente, la primera persona en presenciarlo, antes que nada, habrá que detenerse si se está conduciendo, de forma completamente segura. De este modo, se estará protegiendo las vidas de las posibles víctimas y las de uno mismo y sus acompañantes. Una vez estacionado, habrá que encender las luces de emergencias y ponerse el chaleco reflectante para que otros conductores identifiquen rápida y fácilmente el accidente. Se deberá señalizar la zona del accidente, colocando los triángulos de emergencia (a 50 metros de distancia para que sean visibles desde 100 metros).
Avisar
Todavía antes de atender a las víctimas, habrá que llamar al 112 y solicitar asistencia. Se informará con precisión sobre la naturaleza del accidente, la ubicación del mismo, por último, se informará sobre el número de vehículos involucrados, el número de heridos y el estado de los mismos, dando una visión general de la situación.
Socorrer
De gran importancia es evitar mover a las personas lesionadas, a menos que sea siguiendo las instrucciones del 112, para no causar más lesiones, solo si no se tiene otra opción (por ejemplo, si el peligro puede ser un incendio o si se encuentran en medio de la vía y representa un peligro real y mayor). No hay que olvidar que nunca se debe quitar el casco a ciclistas o a motociclistas.
Sistema para actuar en presencia de un accidente de tráfico
- Protegerse primero.
- Tomarse unos segundos para evaluar la situación en su totalidad antes de socorrer a ciegas.
- No asumir que otros ya han pedido auxilio llamando al 112. Hay que hacerlo siempre.
- Mantener la calma y ofrecer al 112 respuestas concretas, rápidas, breves y claras.
- No mover a personas gravemente heridas a menos que sea estrictamente necesario para evitar un peligro mayor e inminente.
- Mantener siempre a las personas alejadas de la carretera.
- Mantener el área despejada, facilitando la llegada de los servicios de emergencia y su trabajo.
- A la llegada de los servicios de atención, se vuelve a ofrecer la información que necesiten.