Una cosa tan sencilla como llevar mal orientados los espejos retrovisores del coche pueden ocasionar un accidente de tráfico. Por este motivo, la DGT insiste a los conductores en la importancia de revisar la colocación de los espejos para evitar incidentes al volante. Sin embargo, ¿cómo podemos saber si llevamos bien orientados los retrovisores? Y es que, aunque sea algo tan elemental, aún hay muchos conductores que no lo tienen nada claro.

Qué son los ángulos muertos

Con ángulo muerto se hace referencia a la zona lateral del vehículo en la que el conductor no cuenta con visibilidad a través de ningún espejo retrovisor, ni con los que se encuentran en los lados del coche ni con el que se sitúa en su interior.

Como consecuencia de esto, cuando se cambia de carril, no se puede ver al vehículo que se sitúa en ese punto muerto, por lo que hay un riesgo mayor de que se produzca un choque lateral. Con la intención de reducir la siniestralidad producida por este motivo, este artículo va dirigido a informar sobre cómo eliminar estos puntos ciegos, como también se les conoce y que se localizan principalmente en los laterales traseros del coche.

Cómo colocar los espejos retrovisores

El primer paso es seguir los consejos de La DGT, organismo que ofrece dos claves para mejorar la visibilidad y eliminar el máximo posible los ángulos muertos. Por un lado, se debe colocar el espejo interior bien centrado con la luneta trasera y, por otro lado, los espejos exteriores deben brindar una visión de lo que hay alrededor del vehículo, sin que se vea la carrocería del propio vehículo.

La DGT, así como la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, advierten que es muy común llevar los espejos retrovisores mal ajustados e incluso en mal estado, sobre todo los laterales, que son los que ofrecen una visión del tráfico que rodea al propio vehículo por ambos lados.

Consejos para controlar mejor los puntos ciegos

Para conducir con la máxima seguridad, se hace necesario seguir las siguientes recomendaciones que se presentan a continuación.

Ajustar el asiento

En primer lugar, todo buen conductor debe dedicar el tiempo necesario, antes de iniciar la marcha, en ajustar bien el asiento y los espejos retrovisores. Es esencial llevar a cabo estos ajustes correctamente para tener una buena visibilidad y poder maniobrar apropiadamente, de forma segura.

Señalizar las maniobras

Es esencial para que el resto de conductores pueda anticiparse a nuestros movimientos en la carretera avisar de las maniobras que se van a realizar con antelación. De este modo, antes de llevar a cabo cualquier maniobra, se debe alertar al resto de usuarios señalizando el movimiento con los intermitentes. En este sentido, se debe poner especial atención cuando se circula por rotondas y al realizar adelantamientos o cambios de carril, ya que son las ocasiones en las existe un mayor riesgo de accidente debido a los puntos ciegos.

Realizar ligeros movimientos para tener mejor visibilidad

En ocasiones, basta con realizar pequeños gestos como por ejemplo adelantar el cuerpo ligeramente a la hora de mirar por el retrovisor o girar un poco la cabeza para cerciorarse de que no hay ningún vehículo o motocicleta circulando en paralelo. De este modo tan sencillo, nos podemos asegurar de que se dan las circunstancias necesarias para realizar un cambio de carril con seguridad, por ejemplo. No obstante, es esencial llevar a cabo estos ligeros movimientos rápidamente y sin cambiar en ningún momento la trayectoria del vehículo.

Evitar situarse en los ángulos muertos

Un buen conductor debe conocer exactamente donde se sitúan los puntos ciegos de los diferentes vehículos, por eso la mejor recomendación será siempre no colocarse en dichos lugares, especialmente los motoristas y los ciclomotores, que por sus reducidas dimensiones son más fáciles de pasar desapercibidos por el resto de usuarios de la vía.

Hacer uso de la tecnología

Por último, cabe destacar que la tecnología avanza cada día para ofrecer soluciones a este tipo de problemas. Para evitar los ángulos muertos, los fabricantes ya ofrecen sistemas de asistencia a la conducción, conocidos como detectores de punto ciego, BLIS (Blind Spot Information System).

La función de estos aparatos es la de identificar la presencia de vehículos en los laterales del coche, concretamente en los mencionados puntos ciegos. Su función será la de avisar al conductor de diferentes formas, ya sea con una señal acústica o luminosa en el espejo retrovisor, o bien a través de una vibración en el volante o el manillar de una motocicleta, evitando que se produzcan accidentes por esta causa.

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