Uno de los grandes obstáculos a los que se enfrentan los conductores noveles es la de arrancar correctamente, incluso en terreno llano. Cuando este proceso ya queda completamente dominado, vienen los grandes retos, arrancar en pendiente, algo que puede llegar a ser bastante complicado para quienes no tienen demasiada experiencia. De hecho, incluso conductores con varios años de carnet a sus espaldas encuentran esta salida bastante difícil.
A continuación, se ofrecen unos consejos para que sea más sencillo, y sobre todo más seguro.
Usar el freno de mano
Llega el momento de utilizar a un gran olvidado, el freno de mano, que si se sabe usar resulta ser un apoyo de gran valor para avanzar en cuestas con pendiente. El freno de estacionamiento suele estar situado entre los asientos delanteros y su acción es la de bloquear las ruedas, inmovilizando el vehículo por completo. De esta forma, cuando intentemos arrancar en una cuesta, estaremos completamente seguros de que el coche no se nos irá para atrás, pudiendo colisionar con algún otro vehículo aparcado o cualquier otro elemento.
Esta maniobra, si se lleva a cabo correctamente, no necesita de demasiado espacio extra alrededor, pero para practicar es recomendable tener una cierta distancia con el resto de coches u objetos cercanos al vehículo.
Ahora, con el freno de mano activo, llega el momento de poner la primera marcha. Si soltar el embrague, pon tu mano en el freno de mano y ve soltando el embrague lentamente, mientras el acelerador comienza a apretarse. Todo debe ser con mucha suavidad, para que el coche no se cale. Justo cuando el coche empieza a moverse, es el momento de soltar el freno de mano y salir sin problemas. Haciendo bien esta maniobra, con un poco de experiencia, el coche no se irá ni siquiera un poco hacia atrás y las salidas en pendientes, aunque sean elevadas, serán completamente seguras.
Usar el freno clásico
Este es el método más común que utilizan los conductores con cierta experiencia, pero es recomendable contar con un margen de espacio en caso de que el vehículo, inevitablemente, se vaya un poco hacia atrás. En esta situación, el freno se debe soltar rápidamente a la vez que se aplica la suficiente presión al acelerador para que inicie la marcha y no caiga hacia atrás. La dificultad radica en hacerlo todo velozmente y en la intensidad justa para que ni el coche ceda espacio trasero ni tampoco se cale.
En definitiva, se trata de soltar el freno, liberar el embrague y acelerar. Como ya se ha comentado hay que buscar el equilibrio para que evitar que se cale el coche. Si se hace con rapidez, es posible que no se mueva hacia atrás el vehículo, aunque lo más habitual es que necesite recular al menos unos centímetros. En caso de no tener demasiada experiencia o que haya un vehículo muy pegado en la trasera, es más recomendable utilizar el freno mano.
Otras consideraciones
El terror de muchos conductores novatos es tener que pararse en pendiente cuando va de subida, en caso de atasco, semáforo o alguna otra señal de tráfico que obligue a la detención. Es algo habitual ponerse nervioso en estas situaciones, pero si se practica en condiciones seguras se cogerá la suficiente habilidad y se evitarán accidentes.
Al final, es solo a base de experiencia como se consigue superar este tipo de situaciones y se les vaya perdiendo el miedo. En este sentido, hay que entender que es habitual sentirse así, es normal, pero todo pasará. Dentro de lo posible, hay que mantener la calma. En eso momentos, utilizar el freno de mano para asegurarse de que el coche no cederá es una excelente opción.
Es necesario comentar que hay una práctica muy extendida cuando se va en marcha y hay que detenerse en una cuesta que no es nada recomendable. Se trata del uso del embrague. Son muchos los conductores que lo mantienen presionado en estático. No solo es una práctica que no ayuda a la frenada del vehículo, sino que genera un desgaste completamente innecesario.
Desde Autoescuela Záncara, esperamos que estos consejos te sirvan en el momento de enfrentarte a un arranque en subida. Sabemos que no es fácil, pero todo se aprende, no desesperes. Lo importante es nunca poner en riesgo a nadie, por eso utiliza estas maniobras e intenta ponerlas en práctica en lugares seguros para dominarlas cuando la ocasión lo requiera.